Este restaurante con rango de institución surge en el recinto de Cavas del Mogor, a poca distancia de la carretera principal. Como es habitual en la zona, su comedor –compuesto por una plataforma con mesas a la sombra de los árboles y guirnaldas de luces colgando por encima de ellas– se encuentra al aire libre. En el centro, las llamas de la cocina acaparan el protagonismo. La cocina mexicana contemporánea de Drew Deckman se materializa en platos como la jaiba frita en tempura sobre lecho de rúcula aliñada y hojas de acedera con puré de aguacate y espuma de Pilsner. Principales como el costillar o el pollo ahumado con papas y chucrut son muy sustanciosos. Los ingredientes son de primera calidad y de compromiso con la sostenibilidad firme. Un poco más arriba está Baja Omakase, la oda de Deckman al pescado local y el sake mexicano.