El nombre es una referencia a las 18 misiones católicas que existieron en Baja California, aunque la misión aquí de rendir honores a los alimentos de la zona, quizá no sea tan espiritual. Situado en la segunda planta de Vía Corporativo, el segundo edificio autosostenible de México, el restaurante actúa en favor de la sostenibilidad utilizando ingredientes que no viajan más de 200 km. Entre sus platillos más destacados citaremos el aguachile de rockot con aioli de erizo y aguacate cremoso o el apetitoso lechón prensado, presentado con una sabrosa salsa de tomatillo asado y jugo de cerdo reducido. Todo un festín que lo será aún más acompañado con un buen tinto del Valle de Guadalupe de los muchos que incluye la carta.