Un viaje a través de la jungla pasando entre las villas privadas que conforman el resort Chablé Maroma nos lleva hasta este enclave donde nos aguarda una cocina singular basada en la despensa y el recetario autóctonos. Sofisticadas preparaciones a base de maíz, frijoles y chiles sirven de hilo conductor a la carta, con platillos como el salbute de langosta en recado rojo con crujiente de manzana y habanero. Entre los principales, el arroz cremoso con queso bola de Ocosingo, pipián verde y longaniza de venado es una especie de risotto a la mexicana que nada tiene que envidiar a la receta italiana. Un buen final puede ser un intenso fondant de chocolate oaxaqueño acompañado, de ser posible, con un sorbo de mezcal.