Este restaurante a la moda te invita a saborear un cóctel y a escuchar vinilos en un cálido y acogedor marco de estilo industrial-chic. Las mejores mesas son las del fondo, ya que dan a una ventana abierta, pero la más deseada es la que está situada justo delante de la cocina. Te sientes donde te sientes, la bienvenida te la darán cuatro tarros de salsas caseras de diferentes intensidades y grado de pique, las cuales están diseñadas para potenciar los sabores de esta cocina de mar. Empieza con unos ostiones, unas almejas chocolata, un aguachile de camarón tatemado o la gustosa tostada de pulpo enamorado, antes de pasar a los principales: unos camarones con chintextle o el arroz a la tumbada. De postre, las fresas con nata y helado de Pernod son el final perfecto.